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Claromecosas | El campo y los pueblos rurales



El campo es protagonista de nuestra localidad, siendo vecinos de muchos pueblos rurales con historias, paisajes y tradiciones por conocer.


Por Valentino Vitolla

Las vacaciones en Claromecó no solo comienzan una vez que llegamos a la localidad y vemos el mar, o cuando ya divisamos desde la ruta el Faro o el molino; sino que el viaje en la ruta ya es parte de la misma, donde hay cosas para disfrutar y tomar provecho de ellas. Claromecó además de todas las bendiciones naturales que posee, nos brinda la posibilidad de gozar de lo mejor del campo argentino recorriendo apenas pocos kilómetros desde su ingreso.


El camino hacia nuestro pueblo, es el campo mismo, con un horizonte siempre lejano. La economía del partido de Tres arroyos y su fisonomía, tienenun gran componente campestre, ya que muchísima gente, y la mayoría de los pueblos que integran el partido, viven de las actividades como la ganadería y la agricultura.



Muchos son los pueblos rurales que se encuentran en el partido, como lo son Micaela Cascallares (567 Hab.), San Mayol (63 Hab.), Barrow (17 Hab.) o La Sortija, los cuales son hermosos lugares por recorrer, con ricas tradiciones y estilos de vida que no podes dejar pasar por alto. Sin embargo, nos centraremos en dos de mis favoritos, debido a que son de los más cercanos a nuestro balneario: San Francisco de Bellocq y Lin Calel.



San Francisco de Bellocq fue fundado el 19 de Agosto de 1929, día que fue habilitado el ferrocarril entre Orense y Copetonas, teniendo como estaciones a este pueblo y a Lin Calel. Es un lugar muy pintoresco con algo más de 520 habitantes. En el siglo XX tenía más de 1000 personas, los cuales se dedicaban a la producción agrícola, pero el cierre del ferrocarril primero, y luego la desaparición de la Cooperativa La Victoria, pilar económico del pueblo, hicieron que mucha gente opte por irse. Actualmente, mucha de su población sigue trabajando con el campo, ubicados en cercanías de San francisco, y también de Claromecó. Solo queda a 26 Km. de nuestra localidad, por lo que verdaderamente son nuestros vecinos.



LinCalel es un pueblo ubicado a 48 Km. de nuestra localidad. Al igual que San Francisco de Bellocq, surgió a partir de una estación ferroviaria. Un detalle sorprendente de este pueblo, es que fue fundado en 1929 (con la misma causa que San Francisco) con el nombre “Claromecó”, lo que trajo bastantes confusiones, ya que no faltó la oportunidad en la que los veraneantes de nuestro balneario se confundieran y se bajasen en dicha estación, encontrándose en el medio del campo, y no en el lugar que creían. Su nombre no tenía relación con nuestro balneario, sino por la cercanía con el arroyo Claromecó. Años posteriores, a fin de evitar estas confusiones fue cambiado al actual. Se cree que el nombre Lin Calel alude a una variedad de trigo muy desarrollada en la zona en aquellos años, pero también se lo relaciona con un nombre indígena que significa “Carnes Blancas”.



La vida rural en estos pueblos es muy diferente a la de la ciudad. Un estilo de vida más tranquilo, sin apuro, con un ambiente más ameno en lo humano y sacrificado en lo laboral y con una permanente interacción con la naturaleza. Visitar el campo y a los pueblos rurales les permitirá recordar viejas tradiciones, como lo son la siesta, la importancia de los símbolos patrios, las historias, el valor de la vecindad, el folklore y algunos juegos infantiles, que de a poco se fueron perdiendo en la vorágine de la ciudad. Es maravilloso ver a los niños jugar de manera libre sin la mirada preocupante de los padres, y a los trabajadores rurales con su ropa típica arriba de los tractores y de los caballos.


El valor turístico de estos lugares reside en la conservación de edificios, construcciones y costumbres de la Argentina rica y poderosa que alguna vez fuimos. El primer objetivo recomendado es captar fotográficamente las viejas estaciones con ese estilo único de los principios del siglo xx, ahora en total silencio pero en las cuales aún se siente el espíritu de los sueños e ilusiones de progreso que llegaba con cada tren a la estación. Otras fotografías por hacer son las de los antiguos silos y las tranqueras con plantaciones y animales detrás. A mí me gusta fotografiar los nidos de horneros y las herramientas de campo (yugos, palas, herraduras) que a veces cuelgan en los talleres. Aún busco el retrato perfecto imaginándome un tractor arando la tierra con las aves atrás persiguiéndolo, en busca de los insectos que se levantan con la tierra,con los observadores girasoles de fondo.



¿Cómo te imaginas tu foto perfecta del campo? Prepará esa imagen mental y llevala con vos a este paseo mágico, porque estoy seguro que en alguno de estos pueblos rurales o en el camino hacia ellos, podrás obtener la foto soñada , esa que atrapará la esencia de la Argentina añorada y que también quedará enmarcada en tu hogar u oficina como un homenaje y un recuerdo de tus vacaciones.


En estos pueblos todavía se sueña con las promesas incumplidas de tantas generaciones de gobernantes que les aseguraron el regreso del tren. Sueñan con la instalación de nuevos vecinos y de más niños en las calles y escuelas rurales. Nuestra visita le devuelve algo de esa dignidad pérdida, esa que se apagó, el día que se dejó de escuchar la bocina del tren.


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