Este centenario árbol que se encuentra en nuestra localidad, es una verdadera conexión al centro de la tierra.
Por Valentino Vitolla.
Claromecó definitivamente es bendecido por la naturaleza. La pachamama nos regaló decenas de lugares para que diariamente podamos disfrutar y enamorarnos del lugar elegido para nuestras vacaciones.
Nuestras extensas playas, el caracolero, las cascadas y la laguna oculta, son algunas de las atracciones que los turistas y los residentes pueden disfrutar en nuestro balneario. Pero además, se nos dio un gran regalo, que muchos no aprecian como tal: El ciprés abuelo.
Ubicado en la rotonda frente al puente vehicular que nos permite llegar a Dunamar, este añoso árbol (tiene una antigüedad de casi 100 años) genera la convicción de que es una fuente de energía positiva ya que sus raíces se dirigen al centro de la tierra y se abren a gran distancia hacia sus laterales generando un efecto de “antena”.
No es raro, pasar por este ciprés de la especie lambertiana, y ver a su alrededor gente abrazándolo, realizando yoga, haciendo reuniones, poniéndole adornos, en busca de descargar sus malas energías y llenarse de buenas vibras. Yo mismo, he visto turistas que se emocionaron y hasta que se desmayaron luego de abrazar al árbol.
Es “creer o reventar”. Yo elijo creer, y espero que ustedes estén de mi lado. Deseo con ansias que no lo duden y que vayan a abrazarlo, que van a notar los efectos. Abrazar el ciprés abuelo, como pisar la arena descalzo, es la mejor forma de comenzar a descargar el estrés y las tensiones del año.
La Madre Naturaleza les ofrece que arranquen sus vacaciones llenas de buenas energías y pensamientos positivos, pero por supuesto, para eso, deberían pasar por el ciprés abuelo.
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