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ADIÓS TITO


Falleció el creador, director y propietario de esta emisora.


Llegó el momento de escribir la nota más difícil en el historial de este sitio. La nota que nunca quisimos escribir. A la edad de 77 años falleció Crisanto Manuel Martínez, Tito, el creador y alma mater de esta emisora. La salud de Tito venía complicada desde hace un par de años, pero empeoró en las últimas semanas, por lo que se encontraba internado en terapia intensiva del Hospital Pirovano.

Tito nació en Buenos Aires un 21 de marzo de 1940. El barrio de Mataderos fue testigo de su infancia. Inquieto y movedizo, realizó varios trabajos desde muy chico, hasta que se enroló en Prefectura Naval Argentina, y allí se especializó en su gran pasión: las comunicaciones. Se convirtió en un experto en el armado de equipos de radio, antenas, torres y demás.

Como nunca tuvo un carácter fácil, se fue de Prefectura, y se dedicó a la venta de artículos fotográficos. Fue viajante del rubro, y conoció gran parte de la Argentina desarrollando esa labor. Y así es como su vida dio un giro. Uno de los puntos donde Tito viajaba a vender material fotográfico era Tres Arroyos. Un comerciante se había independizado y quería instalar su propio negocio de fotografía, y en un episodio que lo pinta de cuerpo entero, le instaló todo el comercio diciéndole que le pagara cuando pudiese. Llegó un día en que el hombre le dijo que no llegaba a saldarle la deuda, por lo que le ofreció pagarle con un terreno que tenía en Claromecó. Así llegó Martínez hasta esta localidad, porque se brindó entero para darle una mano a un amigo. En un principio vio que el terreno estaba en calle 42, una zona de médanos sin calles abiertas, por lo que pensó que algún día sus nietos disfrutarían del lugar. Pero todo cambió cuando un día estaba lavando un camión que tenía en la puerta de su casa en Morón, su vecino le dijo "que lindo camión para llevarlo a Claromecó". Dio la casualidad que el hombre también conocía la localidad. Ahí se entusiasmó más y volvió ya con la idea de construir. Fue así como se hizo una casita de veraneo, que disfrutaba tanto él como su familia, todos los veranos. Era el "cable a tierra", solía decir Tito, y así adoptó a la localidad como su "patria chica", otra frase de Martínez.

Más adelante, pudo instalar su propia empresa de comunicaciones, siendo proveedor de las principales marcas del rubro, y una de las compañías más respetadas en el medio. Trabajó en los años 90 para las empresas de telefonía celular, instalando torres en diversos puntos del país, tarea en que la empresa aún continúa, ya con la dirección de uno de sus hijos. Armó equipos propios de comunicaciones y de sonido, en una época donde no era habitual un negocio de estas características.

El punto definitivo de inflexión fue cuando su hijo mayor Pablo construyó un equipo de transmisión de FM como tesis de su carrera. Y entonces surgió la idea de probarlo en Claromecó. Así fue, en el año 1988, los Martínez llegaron a probar el transmisor. Fue toda una novedad y una revolución, en esa época, en Claromecó, que aparezca una radio de frecuencia modulada era como si actualmente a alguien se le ocurriese poner una estación de subte, una locura. Enseguida comenzó a sumarse gente, Diego Cascini, Cochís Barragán, Cholo Losada y varios más que se entusiasmaron con la idea. Entonces Pablo le sugirió a Tito dejar la radio. La respuesta fue que no, que primero había que ver bien la parte legal, encuadrar todo, calibrar bien el equipo y entonces sí, asumir la responsabilidad, otra de las características típicas de Tito. Ya en el verano de 1989 inició entonces sus transmisiones de prueba Radio Comunidad Claromecó, que finalmente comenzó un 25 de mayo del mismo año con sus transmisiones regulares.

El nombre de esta emisora lo dice todo. Un nombre comercialmente inviable, nada de márketing. pero que encierra en sí mismo el espíritu de Tito. Una radio que sea la voz de una comunidad, que sirva de nexo, que Claromecó tenga palabra, cosas para decir, para expresarse. Y así surgió esta historia, y así continúa hasta hoy. Pero sabemos a ciencia cierta que esto es un punto final, un cambio de párrafo o de hoja. Radio Comunidad Claromecó ya no será la misma, es imposible que se la misma. Si bien continuaremos, y seguiremos con el ejemplo de lucha y sacrificio que Tito nos legó, sabemos también que no será igual, que no puede ser igual. El sillón de Tito es imposible de llenar, al menos con una sola persona.

Tito Martínez era un cabrón, malhumorado, gritón, pero esa era una imagen hacia el afuera. Para adentro era muy exigente, es cierto, muy controlador y obsesivo con el trabajo y el esfuerzo, pero de un corazón gigante. Cientos de personas han llegado alguna vez hasta la radio a pedir ayuda y colaboración, Tito siempre abrió sus brazos a todos, siempre respondió y con mucho más de lo que se le pedía. Hay muchas cosas que se han conseguido para Claromecó o las entidades intermedias locales, donde Tito estuvo detrás, y casi nadie lo sabe.

Solo algunos ejemplos: fue el artífice de la independencia del Cuartel de Bomberos Voluntarios, que dependía de Tres Arroyos. Fue junto a un grupo de colaboradores, el primer presidente de la Comisión Directiva, y puso en marcha a la institución. Junto a José Souto transitaron un camino muy difícil al principio, pero que hoy en día está claramente a la vista. Formó parte de Crosetur, e impulsó distintas actividades y propuestas turísticas, una de ellas la emblemática travesía hacia San Francisco de Bellocq, otra idea que a priori parece una locura, pero que tuvo un gran éxito. Formó parte de la Cámara de Comerciantes y Emprendedores, y hasta ofreció la radio como lugar de reuniones de la institución. Formó parte del Grupo de Amigos Pro Edificio del Instituto Secundario Claromecó, aquel grupo creado por Pepa Chedrese, que tomó la decisión de terminar con la construcción del edificio de la escuela que estaba paralizado por muchos años, y que en conjunto con la comisión directiva de ACEC y la colaboración de autoridades y toda la comunidad, se pudo al fin concretar. Sin buscarlo siquiera, fue el artífice del nacimiento de Claromin, ya que le ofreció a Jimena Drake un espacio semanal en la radio para hablar de discapacidad, y así nació la entidad, de las propias inquietudes de la gente.

Mucha gente tuvo espacios en la emisora, que fueron idea de Tito. Siempre con el mismo propósito, educar, concientizar, nunca buscando un rédito económico. Fue amigo de políticos, algunos de mucho peso en el ámbito nacional y provincial, y nunca pidió algo para él, ni para la radio, siempre que levantó el teléfono fue para ayudar a alguien o alguna institución, y nunca le interesó el ser nombrado por ello, por el contrario, prefirió siempre mantener el perfil bajo. Esa fue una de sus características, pocas veces se lo escuchaba al aire de la RCC, una o dos veces al año a lo sumo, y más de una vez porque le insistían en que lo hiciese. Eso sí, si había que laburar, era el primero. En las transmisiones de pesca oficiaba como movilero si hacía falta, para hacer sonido iba él, para un evento estaba él y no se movía hasta que terminara, y más de uno de dichos eventos prestaba el sonido y la transmisión en forma gratuita.

A la hora de comunicar, también marcó un camino. Sin estridencias, yendo religiosamente a las fuentes, buscando información oficial antes de decir nada. Nunca le importó dar la primicia, sino dar información certera. "No me gusta la prensa amarilla", era otro de sus caballitos de batalla, no quería que la radio entrase en polémicas para ganar audiencia, no le interesaba ese perfil. Radio de puertas y micrófonos abiertos. Quien ha venido a la RCC alguna vez lo sabe, era cuestión de pasar, hablar con Tito y al aire, a decir lo que venían a decir. Pero no sólo eso, involucrarse en el acontecer de las cosas, no ser un mero testigo. Por eso la radio tiene un arraigo tan fuerte en las instituciones, participa activamente, se involucra, genera ideas, y eso sin dudas es el sello que Tito le dio a este medio. Lo mismo con los auspiciantes, "a partir de ahora soy tu socio" decía Martínez a cada avisador nuevo. Es decir, una radio que se preocupa porque al anunciante le vaya bien, que su negocio funcione, una relación de amistad más allá de lo comercial.

Otra: Tito fue el artífice de las comunicaciones de las emblemáticas peregrinaciones a Luján, que se realizan anualmente. Siempre con el mismo espíritu, sumar, colaborar, brindar una mano. En ese contexto fue que conoció a un joven jesuita que hacía su camino como sacerdote: Jorge Bergoglio, el actual Papa Francisco. También formó parte de una red de radioaficionados que colaboró durante la Guerra de Malvinas en la asistencia humanitaria a los soldados argentinos. Es más, viajó dos veces a las islas y en ambas no pudo aterrizar por cuestiones climáticas, fue un gran objetivo que le quedó por cumplir.

Tito estuvo casado con María Esther Tierno, Mary, el otro gran pilar de la radio. Tuvo cuatro hijos: Pablo, Gabriel, Jaquelín y Anahí, y ocho nietos: Florencia, Jessica, Tomás, Matías, Lucas, Ramiro, Lola y Sofía. Y en los últimos diez años, tuvo una gran compañera como Gladys Pinzone, que cuidó de él y se hizo cargo de la radio, con todo lo que eso significa.

La historia se parte al medio. RCC seguirá siendo RCC, pero sin Tito, y eso no es poca cosa. Quienes continuamos el camino trazado por él esperamos estar a la altura, sabiendo que su lugar es imposible de ocupar, pero teniendo cada día de nuestras vidas su ejemplo y su inquebrantable línea de trabajo. Adiós Tito, Claromecó jamás te olvidará, tu alma descansa en cada palabra que esta radio diga de aquí en más.


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